Rediseñan videojuegos clásicos para aprender a controlar organismos vivos

 

Un grupo de físicos de la Universidad de Stanford ha dado un nuevo significado al término «live games» mediante la creación de versiones de videojuegos clásicos donde los jugadores pueden controlar los organismos vivos.

Pero el proyecto de Ingmar Riedel-Kruse y su equipo ha planteado también cuestiones de ética, dentro de la tarea educativa que sirve de base de todo el proyecto: «Todo el mundo debería tener un conocimiento suficiente acerca de los fundamentos de la biomedicina y la biotecnología. Los juegos bióticos podrían promover eso», ha señalado Riedel-Kruse en un reportaje de New Scientist.

Uno de los juegos que han creado estos científicos es PAC-mecium, un juego de palabras entre Pacman y paramecio, consistente en una versión de Pacman donde los jugadores utilizan una consola para cambiar la polaridad de un campo eléctrico en una cámara llena de líquido con paramecios.

El juego hace que los organismos se muevan en diferentes direcciones, mediante la proyección de imágenes en tiempo real a un ordenador que superpone sobre un tablero de juego. «Al mirar a la pantalla, el jugador puede guiar a los paramecios para comer células de levadura virtuales y hacer que eviten a Pacman. Un microprocesador controla el movimiento de los organismos para llevar la cuenta», ha indicado.

Otro juego desarrollado por el equipo universitario es Ciliaball, que utiliza un principio similar para jugar al fútbol virtual con paramecios. También han desarrollado Pinball Biotic, en el que el jugador manipula una pequeña aguja que eyacula un repelente químico en los organismos que se acercan.

El juego tiene una versión para dos jugadores, que sitúa a dos agujas en lados opuestos del tablero y le desafía a aspirar paramecios en el estanque de su oponente.
 
Cuestiones éticas

La iniciativa ha despertado algunas suspicacias, como quienes entienden que interferir con los seres vivos para el entretenimiento representa problemas éticos, incluso en una escala microscópica.

«Profundamente inmoral y preocupante … increíble que un académico de Stanford puede ver juegos tales como instrumentos educativos ‘», ha manifestado al respecto el doctor veterinario rumano Liviu Gaita.

Para Gaita, estos juegos «son un ejemplo perfecto de cómo un acto horrible puede ser envuelto como un acto benigno, incluso en la educación», añadiendo incluso que los seres unicelulares «tienen intereses individuales obvios.»