El conflicto cultural intergeneracional, la pérdida de valores y la prevalencia de la tradición han encontrado en el mundo de los videojuegos la posibilidad de conseguir que una cultura milenaria trate de mantenerse en el siglo XXI. Es el caso de Never Alone (Kisima Innjitchuna), que ha sido creado por el Consejo Tribal de la Ensenada de Cook en Anchorage, Alaska, con el objetivo de mantener la identidad y las señas culturales tradicionales de su pueblo.
En Never Alone, el jugador guía los pasos de un niña que se enfrenta al desafío de salvar a su pueblo de una tormenta de nieve interminable. Para ello, en compañía de su zorro ártico, deberá esgrimir los valores de la cultura iñupiat a lo largo de diferentes escenarios y desafíos que el juego plantea con una mecánica de plataformas y una narrativa atractiva que introduce al jugador en las tradiciones populares.
En el transcurso del juego, el jugador se enfrenta a multitud de peligros que han estado presentes durante miles de años en el pueblo iñupiat, los cuales se van alternando con narraciones extraídas de viejos narradores indígenas.
Never Alone, que se lanzará en otoño de 2014 para PS4, XBox One y en Steam, está marcado por una cuidada estética, con un gran énfasis en la autenticidad cultural y en todos los detalles del folclore indígnena y con la narración y los componentes propios de los cuentos de hadas.
Los videojuegos se han convertido en una herramienta con la que los usuarios se acercan de forma diferente y más intensa a las historias, participando y penetrando en ellas. Y Never Alone es un asombroso ejemplo de simbiosis entre técnicas narrativas milenarias y actuales. Un trabajo que, a través de las nuevas tecnologías y las mecánicas de juego, busca preservar la identidad y la herencia cultural de un pueblo milenario.