En el terreno de los serious games de sensibilización social y mensaje nos encontramos con «Anne Frank», un videojuego sobre la tragedia del holocausto nazi, personalizado en la historia de la famosa niña judía que murió de tifus el 12 de marzo de 1945, después de toda una odisea para ocultarse del horror nazi.
El juego se desarrolla a lo largo de un día de la vida de Ana Frank, concretamente el 20 de octubre de 1942, cuando, siguiendo la historia que quedó impresa en su célebre diario, la niña se oculta junto a su familia en su escondite de Amsterdam, en la casa trasera del edificio de la Prinsengracht 263.
El jugador, que mueve los destinos de la muchacha, se encuentra con su hermana y sus padres y con la otra familia que se refugió junto a ellos en dicho escondite.
El jugador podrá decidir libremente qué hacer, desde estudiar, ayudar a las labores domésticas o escribir en su diario.
La atmósfera del juego contribuye a la misión del mismo, que es trasladar el universo emocional que supuso el holocausto para familias atemorizadas. Por eso, el diseño es simple, los colores son grisáceos y la música es un único piano triste.
El juego no está exento de peligro. Así, a la hora de ayudar a las labores domésticas, el jugador debe cuidarse de no hacer ruido, ya que ello podría alertar a los vecinos y descubrir su refugio.
El videojuego, que aún se encuentra en fase de prueba, no ha estado exento de polémica, debido a lo delicado y controvertido de un tema poco habitual para la industria del videojuego.
La normalización de este tipo de productos sólo puede lograrse a través del reconocimiento cultural de los serious games como herramienta al servicio de la concienciación colectiva.