Jugar a videojuegos ayuda a rejuvenecer el cerebro

 

Los estudios científicos realizados en universidades de medio mundo parecen haberse empeñado en enterrar la vieja idea de que los videojuegos son perjudiciales y amorales, trasmitiendo evidencias acerca de los beneficios sanitarios y psicológicos de su utilización.

Ahora, ha sido el turno de la Universidad de Iowa, que ha revelado en un reciente estudio que puede haber una manera para prevenir el envejecimiento natural de la mente en las personas mayores, y podría ser tan simple como un videojuego.

El citado estudio encontró que las personas mayores de 50 años que juegan a videojuegos aceleran su procesos mentales y el retraso de sus habilidades cognitivas disminuye hasta siete años.

El profesor Fredric Wolinsky, autor del estudio, que ha sido publicado por la revista PLoS ONE, ha sentenciado que «sabemos que podemos detener el declive de las facultades mentales y, de hecho, recuperar la velocidad de procesamiento cognitivo en las personas. Entonces, si lo sabemos, ¿no deberíamos estar ayudando a la gente? Es bastante fácil, y cualquiera puede entrarse sólo jugando».

Este estudio llega en un momento en el que la investigación científica está tratando de esclarecer por qué, a medida que envejecemos, nuestras mentes pierden poco a poco su «función efectiva», perdiendo el control de las actividades mentales críticas, tales como la memoria, la atención, la percepción y la solución.

Los estudios señalan que la pérdida de la función efectiva se produce, sobre todo, en personas que llegan a una edad mediana, aunque otros estudios señalan que esas pérdidas comienzan producirse en edades tempranas como los 28 años. Sea como sea, los científicos se encuentran inmersos en un proceso de investigación para determinar por qué se pierden esas facultades de manera inexorable.

Wolinsky y sus colegas separaron a 681 pacientes médicos, generalmente sanos, en cuatro grupos, diferenciando por edades. Un grupo recibió crucigramas informáticos, mientras que otros tres grupos fueron expuestos a un videojuego llamado Gira Nacional. El ejercicio giraba en torno a la identificación de un tipo de vehículo y la coincidencia con una señal de tráfico para plasmar un conjunto circular de posibilidades, en las que también entraban en juego iconos falsos.

Para tener éxito, el jugador debía, al menos, resolver tres de cada cuatro intentos para avanzar al siguiente nivel, lo que aceleraba la identificación del vehículo y agregaba más distracciones, hasta 47 en total.

El objetivo, evidentemente, era aumentar la velocidad para probar la agilidad mental del usuario al identificar el símbolo vehículo.

Los grupos sometidos a diez horas de entrenamiento ganaron, al menos, tres años de mejora cognitiva gracias al ejercicio después de un año, de acuerdo con una fórmula desarrollada por los investigadores. Un grupo que sacó cuatro horas adicionales de capacitación con el juego lo hizo aún mejor, mejorando sus capacidades cognitivas en cuatro años, según concluye el estudio.

Tras la realización del estudio, las conclusiones del mismo apuntaron a los múltiples beneficios que ofrece un ejercicio como el propuesto. Uno de los ampliamente aceptados es la dotación de un mayor campo de visión a las personas, ya que, según explica Wolinsky, «a medida que envejecemos, nuestro campo visual se desploma sobre nosotros. Tenemos una visión de túnel. Es un funcionamiento normal del envejecimiento. Esto ayuda a explicar por qué la mayoría de los accidentes ocurren en las intersecciones, porque la gente mayor está mirando hacia adelante y son menos conscientes de la visión periférica».

En base a ello, los Institutos Nacionales de Salud encargaron a finales de 1990 un estudio sobre el entrenamiento cognitivo, llamado ACTIVE, en el que participó Wolinsky. En el mismo, se mostraba la memoria de la tercera edad, el razonamiento y la velocidad de procesamiento visual, al tiempo que aseguraban que podrían mejorarse con intervenciones, lo cual ralentizaba el envejecimiento de sus mentes.

Pero el estudio ACTIVE tenía sus limitaciones. Entre ellas, que el grupo de control no recibió ningún tipo de formación y el objetivo primario fue evaluar los efectos sobre el campo de visión de los adultos mayores.

El equipo de Wolinsky añadió un grupo de control activo haciendo crucigramas. Los investigadores encontraron que los que jugaron al videojuego también marcaban mucho mejor que el grupo del crucigrama, con pruebas en los que la función cognitiva era situada mucho más allá del campo de visión, como la concentración, la agilidad y la velocidad a la que se procesa la información. La mejoría varió de 1,5 años a casi siete años en la mejora cognitiva.

«El deterioro cognitivo relacionado con la edad es real, está sucediendo y se inicia a edades cada vez más tempranas y luego continúa de manera constante», sentencia Wolinsky, que afirma que el estudio diseñado por neurocientíficos aporta importante beneficios para la vida diaria.