Ya hemos dicho que los avances de la tecnología permiten que los videojuegos se estén adentrando en terrenos hasta ahora completamente desconocidos e impensables. La salud, la educación, la moral, el desarrollo cívico… infinidad de terrenos en los que las nuevas tecnologías permiten que los mundos virtuales se muevan como pez por el agua.
Pero los nuevos fenómenos avanzan con tanta voracidad que, en ocasiones, nos encontramos con ejemplos que, más que invitarnos al aplauso, nos dejan perplejos, inmovilizan nuestra opinión. Ese es el caso de la iniciativa llevada a a cabo por la compañía Purina Friskies y Gamesforcats.com, que de forma conjunta preparan un ‘hackathon’ para mañana en Venice Beach (California, EEUU), en el que se ofrece un premio para el mejor videojuego a la mejor aplicación desarrollada y pensada para gatos. Sí, sí. Para gatos.
De hecho, Estados Unidos asiste en la actualidad a una verdadera fiebre de seguidores de vídeos colgados en internet en los que los gatos son los protagonistas. En muchos de estos vídeos asistimos a un extraño y reciente matrimonio entre los felinos y los nuevos soportes tecnológicos (smartphones o tablets con las que estos animales domésticos hacen sus delicias en Youtube).
Como sucede en la mayoría de los ejemplos de campañas de marketing asociadas a fenómenos efímeros, la división de Purina especializada en comida y artículos para Gatos, Friskies, no ha dejado pasar la ocasión, y ha diseñado un original concurso.
Se trata del Friskies Game for Cats Hackathon, un concurso pensado para desarrolladores que sean capaces de crear la mejor aplicación o juego para estas mascotas. El torneo convocará a 75 desarrolladores que se reunirán en grupos de cinco. El equipo que resulte ganador se hará con 15.000 dólares (11.590 euros) y su juego será publicado en Games for cats.
También tendrán su recompensa aquellos grupos que queden en segunda y tercera posición, con 3.000 y 2.000 dólares (2.300 y 1.500 euros), respectivamente. El concurso se desarrollará a lo largo de este fin de semana.