Salva la vida de Ian guiando a su perro lazarillo en Ian’s Eyes

 

Cuando un estudio de videojuegos plantea una aventura de supervivencia con un niño discapacitado, el resultado rompe con los cánones habituales del género. Es lo que lo que le sucedió al estudio Florida Replay cuando decidió poner en marcha Ian’s Eyes, un videojuego en el que un niño ciego debe huir con vida de un colegio gracias a la guía de su perro lazarillo.

En Ian’s Eyes, el jugador guía los pasos del perro, que es el que va abriendo camino y salvando obstáculos para nuestro joven e invidente protagonista, que se ve envuelto en un survival horror en su propio colegio. Sensibilización social y educación van de la mano en un título, en el que se desarrollan buena parte de las habilidades necesarias para una persona con discapacidad visual.

Así, el jugador se tendrá que enfrentar, por ejemplo, a puzzles en los que tendrá que emplear el conocimiento del braille para resolverlos y escapar con vida. Sus creadores defienden que, con este juego, no sólo se desarrollan competencias imprescindibles para este tipo de personas, sino que llevan al jugador a un nivel diferente de los típicos juegos de supervivencia, más realista, donde les ayudan a comprender los procesos habituales de los invidentes, hasta qué punto dependen de sus perros y la adaptación permanente a la que debe enfrentarse un ciego a diario.

Detrás de Ian’s Eyes hay todo un proceso de documentación, que les ha llevado a plasmar en el videojuego la realidad de los perros lazarillo lo más certeramente posible. Así, en el juego se plasma cómo el perro debe ir a la izquierda del niño invidente en todo momento, cómo no pueden comer mientras estén «trabajando» o cómo no pueden ladrar a no ser que hayan perdido a su dudeño.